El Raid de Yarmouth (1914)
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- Escrito por Lutzow
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El 3 de Octubre de 1914, el Almirante von Pohl, Jefe del Estado Mayor Naval, y el Almirante von Ingenohl, Comandante en Jefe de la Flota de Alta Mar, se habían reunido a bordo del SMS Friedrich der Grosse para discutir la decisión del Káiser de mantener la flota a la defensiva en el Mar del Norte. La decisión imperial, sin embargo, no excluía acciones ofensivas de colocación de minas frente a la costa británica; uno de los primeros resultados fue un esfuerzo realizado el 17 de Octubre por cuatro antiguos destructores alemanes para colocar minas en la desembocadura del Támesis. Cuando los cuatro destructores fueron hundidos antes de colocar una sola mina, Ingenohl decidió tomar represalias, aprovechando la decisión de Guillermo II de que "la flota de batalla debe evitar grandes pérdidas, pero no hay impedimento contra el uso de los cruceros de batalla para intentar dañar al enemigo". Si tenían suerte, las incursiones de cruceros de batalla atraerían unidades de la Gran Flota en dirección Sur. hacia los campos de minas colocados por los alemanes, y cruzarían su línea de submarinos, además de que los ataques a las ciudades costeras inglesas prometían un fuerte efecto moral: positivo en Alemania, negativo en Gran Bretaña.
La autorización final para una incursión en la costa de Norfolk llegó el 29 de Octubre. Se asignaron cruceros ligeros para colocar minas frente a Yarmouth y Lowestoft con el fin de interrumpir las rutas marítimas costeras y el tráfico pesquero mientras los cruceros de batalla de Hipper bombardeaban Yarmouth. Ingenohl, típicamente cauteloso, no había admitido ante el Káiser que se planeaba un bombardeo; en su telegrama solicitando permiso para la incursión, simplemente mencionó que los cruceros de batalla "escoltarían a los cruceros (de colocación de minas)".
Burma Banshees
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- Escrito por lonesomeluigi
Cuando Estados Unidos tras el ataque sobre "Pu'uloa" [Puerto de Perlas] ó más conocido como Pearl Harbor se vió obligado a entrar en guerra contra Japón, la USAF realmente no estaba preparada para contrarrestar la carrera japonesa de ocupación a través de Asia. Por ese motivo en enero de 1942, el Congreso creó una gran cantidad de nuevas unidades de cazas, entre ellas se encontraba el 80th Pursuit Group, que más tarde pasó a denominarse 80th Fighter Group (FG).
El 80th FG formado el 12 de febrero 1942 en Patterson Field, Ohio, fue asignado al 10th Army Air Force (AAF) y entrenado en cazas Republic P-47 Thunderbolt con intención de ser empleados en el Teatro de Operaciones Europeo. Pero surgió una prioridad y el 80th FG compuesto por los 88th, 89th y 90th FS (Fighter Squadron) fue curiosamente destinado a Karachi en la India. Seguramente todos los integrantes de la unidad quedaron sorprendidos al ser destacados a un "Frente Secundario", pero gracias a ese cambió llegarían a ser más reconocidos mundialmente gracias a los curiosos y excelentes graficos de sus Warhawk y por su actividad en combate sobre la cima del mundo, el Himalaya.
Llegaron el 29 de junio, equipados con el último modelo de la Curtiss, el P-40 N, para mediados de 1943 fueron desplegados al Valle de Assam donde su misión iba a ser primeramente la defensa aérea sobre las bases de la 10th Air Force que participan en la "Hump Airlift Operation" *
* La Joroba (The Hump) es el apodo con el que los pilotos aliados se referían durante la 2ª GM a la parte oriental del Himalaya que sobrevolaban aviones de transporte entre la India y China para reabastecer a los Tigres Voladores (Flying Tigers) y el Gobierno Chino de Chiang Kai-shek.
Nieve, Sangre y Metal en Nancy 1477
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- Escrito por Edhawk
Carlos ''El Temerario'' por Rogier Van Der Wyden en 1461.
La segunda mitad del siglo XV en el centro de Europa era un mosaico de reinos y señores por todas partes que parecía no tener fin, en este tablero de ajedrez todo el mundo jugaba al juego de la diplomacia y cuando uno cedía los demás jugadores presionaban por el dominio de un condado o comuna hasta límites insospechados, ya sea por la vía diplomática o militar. La poderosa Francia de Luis XI, el emperador del sacro imperio Federico III <<El Victorioso>>, El Eidegnossen o antigua confederación de cantones suizos y por último el ducado de Borgoña dominado por Carlos <<El Temerario>> se batía siempre bajo la sombra de otros reinos que tenían sus intereses en el continente como la Saboya de Yolanda, hermana de Luis XI o la Milán de Galeazzo María Sforza.
La figura de Carlos el Temerario es para todo medievalista que estudie historia militar, un personaje totalmente fascinante y único. Esto no es solo porque Carlos era un monarca medieval que amaba la crudeza de la vida militar, ya sea pasando hambre y enfermedades con sus propios soldados como le paso el Grandson, o vistiendo catorce horas al día su armadura completa como en el asedio de Neuss, en que tras un año y un mes tuvo que retirarse a Dijon, capital del reino borgoñón. Carlos era un hombre de su época, ese caballero renacentista acostumbrado a luchar y leer a partes iguales y que consiguió hacer un código de ordenanzas militares claves para el desarrollo de los ejércitos profesionales permanentes de siglos venideros. En su juventud había tenido a su cargo el condado del Charolais, nada fácil ya que había muchos rivales políticos que ambicionaban con él. En esta etapa había dado rienda suelta a su afición por la lectura y estudio de figuras clásicas militares, Julio Cesar, Aníbal y por supuesto Alejandro Magno, del que tenemos constancia de que tenia varios tapices con sus hazañas en Gaugamela, y que Carlos siempre llevaba en su tienda de campaña. Pero por mucho que entendiese latín y fuese una persona con cierta formación Carlos tuvo un reinado convulso, propio de su época y durante todo su reinado (1463-1477) tuvo que lidiar contra Luis XI de Francia del que formo una gran enemistad. Francia pronto estímulo a los rebeldes liejenses para oponerse a la presencia Borgoñona y más tarde a las revueltas en el norte de Frisia, Gueldres, Alsacia y por último la región de Lorena. Es esta región la que crearía el final de Carlos como monarca de Borgoña.
Las claves de la derrota de Carlos son anteriores a todo esto, hay que remontarse a 1474 cuando Carlos empezó con el asedio de Neuss, ciudad pequeña pero importante para cercar a la vecina Colonia que se oponía al poder borgoñon en la zona. Este asedio fue una derrota estratégica para Carlos, la guarnición resistió hasta el último aliento y al final consiguió la ayuda de la Liga de Costanza. El tratado que siguió al fallido asedio dejó a Carlos diplomáticamente en una posición de paz con el Sacro Imperio y Francia. Esto significo que podía combatir a los suizos y la plaza de Grandson fue tomada por los suizos, Grandson que era propiedad antes de un feudatario de Saboya, era esta a su vez aliada de Borgoña por la cual Carlos levanto un gran ejército que masacro a la guarnición Suiza reconquistado la ciudad y chocando a sus afueras con un ejercito de rescate suizo. En este caso Carlos, aunque no perdió muchos hombres, perdió una gran parte de su artillería, de las casi 500 piezas se creen que alrededor de un 75% se perdieron, y el tren de artillería de Borgoña era uno de los mejores de la época. A parte de la falta de coordinación y perder unos 400 hombres Carlos tuvo que retirarse y dejar atrás muchos de sus vagones repletos de provisiones y dinero que fueron pingües beneficios para los suizos.
La otra gran derrota de Carlos fue en Murten en la cual volvió a pecar de falta de organización entre sus mandos, problema recurrente en Carlos. El ejercito borgoñon a pesar de estar muy bien estructurado tenía un gran problema y era la multitud de idiomas en las que las ordenes se transmitían. Los mercenarios italianos del Conde de Campobasso, las milicias borgoñonas que eran francoparlantes, Las compañías de arqueros inglesas y los mercenarios alemanes. Esto hacía que muchas veces las batallas no podían ser dirigidas de una manera óptima y las falsas retiradas, como en Grandson, podían costar la batalla entera por falta de coordinación. En Murten la capacidad militar de Carlos si fue importante, en las dos campañas anteriores había tenido pocos problemas de soldadesca, pero en Murten no solo volvió a perder buena parte de su artillería, sino que uno de cada tres soldados de Carlos fue capturado o muerto en batalla. Tras la batalla culpo a su aliada Yolanda de Saboya y la encarcelo en Luxemburgo. Acto que fue fatal para el juego de alianzas y que Luis XI consiguió restablecer relaciones con su hermana para rescatarla como aliada. La partida de ajedrez no podía quedar así, al menos para Carlos.
ARQUITECTURA MILITAR EN LA COSTA DEL TÉRMINO MUNICIPAL DE RINCÓN DE LA VICTORIA
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- Escrito por Laguno
A lo largo del tiempo, los ataques de naves de potencias enemigas, las incursiones, a veces demasiado cruentas, de piratas e incluso la represión del contrabando, han dado lugar a que los estados, en cada época, se hayan esforzado en construir redes de fortificaciones defensivas a lo largo de las costas, ya sean torres, fuertes o castillos, que frenen o, al menos, prevengan estas situaciones críticas.
La costa de Málaga no ha escapado a esta situación y desde el tiempo remoto de los fenicios, toda una serie de estructuras defensivas se han venido construyendo en nuestras costas, de las cuales aún quedan una más que interesante muestra: cuarenta y una torres y siete castillos y fuertes se reparten a lo largo de los ciento ochenta kilómetros de la costa malagueña.
Este pequeño artículo pretende dar, a grandes rasgos, una breve panorámica acerca de estas construcciones defensivas, pero localizadas concretamente en la costa del actual término municipal de Rincón de la Victoria, término que linda por el oeste con el de Málaga y por el este con el de Vélez Málaga, y que son la torre vigía de El Cantal, el fuerte de Bezmiliana y la torre almenara de Benagalbón.
Se debe hacer notar que una torre vigía es una torre construida en un lugar alto, situada tanto en el interior como en la costa, para vigilar una gran extensión de terreno y poder avisar con tiempo de un peligro o amenaza, mientras que una torre almenara es también una torre de vigilancia y en cuyo terrado o azotea se encendía fuego para que actuara tanto a modo de faro como para realizar señales ópticas de aviso.
Estas torres, al menos en la época musulmana tardía, solían tener una dotación de dos o tres individuos, de los cuales uno solía estar de guardia las veinticuatro horas, mientras que los otros dos, según su turno, eran los que iban a dar la voz de alarma si se presentaba algún problema o circunstancia. Suponemos que se mantendría esa dinámica a partir de la conquista cristiana.
En la costa de Málaga, la distancia media entre dos torres en la época musulmana solía ser de unos cinco kilómetros -una legua- y en caso de peligro, aparte de salir a dar la voz de alarma el soldado de turno, como ya se ha dicho antes, se encendía fuego en el terrado si era de noche y si era de día se quemaba paja húmeda, dando aviso a las torres vecinas.
Se estima que en época musulmana llegó a haber en activo unas cuarenta y tres de estas torres en la costa malagueña, muchas de las cuales, por diferentes motivos, fueron derruidas tras la conquista castellana, aunque reconstruidas o levantadas de nueva planta posteriormente.
Torre vigía de El Cantal
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La batalla de Montijo (1644)
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- Escrito por Sir Weymar Horren
El tema de la batalla de Karánsebes, en el subforo de Historia Militar Moderna y Contemporánea, me recuerda que no son pocas las batallas cuyo resultado difiere en función de que pluma las refiere. Un ejemplo interesante, en este sentido, es el de la batalla de Montijo, prácticamente el único combate de entidad de la Guerra de Restauración Portuguesa durante el reinado de Juan IV de Braganza. Esta batalla no ha recibido demasiada atención por parte de historiadores modernos, pero en su momento fue objeto de un cruce de invectivas entre plumíferos españoles y portugueses, que adjudicaban la victoria a su bando y trataban de justificar sus motivos en libelos que circulaban públicamente.
Batalha de Montijo, azulejo en el Pátio dos Canhões de Lisboa.
Guerra de Restauración
El 1 de septiembre de 1640, una revolución nobiliaria en Lisboa elevó al duque Juan de Braganza al trono de Portugal. Sus partidarios se hicieron rápidamente con el control del país aprovechando que la mayor parte de las fuerzas españolas habían sido enviadas a Aragón para integrarse en el ejército que debía someter Cataluña. Los rebeldes portugueses comenzaron desde entonces a reclutar y organizar sus fuerzas, al tiempo que el consejo de estado español encabezado por el Conde-Duque de Olivares creaba un ejército en Extremadura para oponérseles. El reino portugués se convirtió de este modo en un nuevo escenario militar que debía afrontar una monarquía hispánica cada vez más falta de recursos.
El portugués era un frente miserable. Los ejércitos se componían en su mayoría de milicias locales que desertaban en masa en la época de siembra; el clima era seco y caluroso, tanto que entre los meses de julio y octubre era forzoso suspender las operaciones, pues el calor endurecía las carreteras destrozando el transporte sobre ruedas, y la falta de lluvia secaba el pasto, privando a los caballos y al ganado de alimento. Apenas hubo combates en los tres primeros años de la guerra. El Braganza seguía una estrategia defensiva, y los españoles no disponían de fuerzas para organizar incursiones de importancia.
En 1643 los portugueses penetraron en Castilla. Su objetivo no era otro que buscar una situación favorable de cara a eventuales negociaciones. Tomaron Villanueva del Fresno, Valverde y Alconchel, pero fracasaron en un improvisado asalto sobre Badajoz, plaza de armas del ejército de Extremadura. En 1644 llevaron de nuevo la iniciativa, esta vez lanzando una ofensiva más ambiciosa. Dom Matías de Albuquerque, antiguo administrador de Pernambuco, tenía el mando del principal ejército del reino, el de Alentejo. Abandonó su base en Elvas y reunió sus tropas en Campo Maior.
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