La Campaña Naval de los Dardanelos (III)
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- Escrito por Lutzow
El ataque de Carden a las fortalezas externas comenzó bajo un sol radiante en la mañana del 19 de febrero. El mar estaba en calma y no había viento cuando el buque insignia de Carden, el crucero de batalla HMS inflexible, y cinco pre-dreadnoughts británicos y cuatro franceses anclaron en las cristalinas aguas azules y comenzó un bombardeo a largo alcance de los fuertes, a 11.000 metros de distancia. Los turcos, con sus cañones fuera de alcance, guardaron silencio. A las 14:00 horas Carden ordenó cerrar a 5.000 metros, distancia en la que el armamento secundario de sus acorazados se unió al bombardeo de los fuertes, pero aún así los cañones turcos no respondieron. Pero a las 17:45, cuando Carden ordenó a los acorazados Vengeance, Cornwallis y Suffren que se acercaran aún más, a una distancia de entre 3.000 y 4.000 metros, las fortalezas turcas a ambos lados del Estrecho entraron en erupción, demostrando que sus armas no habían sido destruidas en absoluto. Con la luz del día apagándose y los fuertes envueltos en humo y polvo, Carden ordenó un alto el fuego, pese a que el Contralmirante de Robeck solicitó permiso para prolongar el ataque, a lo que el Vicealmirante se negó. Los resultados del bombardeo no fueron concluyentes, los buques habían disparado 139 proyectiles de 305 mm, los fuertes habían sido golpeados en numerosas ocasiones, pero los cañones turcos habían seguido disparando. En última instancia los franco-británicos aprendieron que no era suficiente simplemente golpear los fuertes, la única forma de poner un arma fuera de servicio de forma permanente era lograr un impacto directo en ella. Los artilleros eran igualmente difíciles de aniquilar; bajo el bombardeo simplemente se retiraron a sus refugios y esperaron su oportunidad, aunque sin lograr ningún blanco. En este sentido, los eventos del día habían proporcionado una lección útil para los Aliados: los barcos podrían dominar la batalla simplemente manteniendo a los artilleros enemigos lejos de sus armas con un fuego sostenido.
Fuerte de Sedd el Bahr, en Cabo Helles.
Eventos en la Librería Tercios Viejos del 9 al 15 de septiembre
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- Escrito por Rafa
Como siempre os compartimos los eventos, charlas, conferencias y presentaciones de libros de nuestra librería de referencia.
Entrada libre hasta completar aforo.
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Eventos librería Tercios Viejos semana del 2 al 8 de septiembre
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- Escrito por Rafa
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Entrada libre hasta completar aforo.
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Reviviendo la historia
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- Escrito por Rafa
A todos nos ha gustado alguna vez imaginarnos cómo plantearíamos una estrategia o enfocaríamos una batalla para cambiar el rumbo de la historia. Aquello de ¿qué hubiera pasado si....? Hoy en día esto es posible gracias a los juegos de ordenador, que nos permiten una y otra vez jugar con la historia, revivir batallas y rememorar acontecimientos decisivos... y lo mejor de todo, desde el sillón de nuestra casa y sin derramar una sola gota de sangre.
Juegos hay muchos, el mercado está lleno de ellos, pero algunas compañías de juegos se distinguen por su exquisito rigor histórico y gran jugabilidad, este es el caso de Slitherine y Matrix Games. Como todos sabéis, hace ya unos años que El Gran Capitán colabora mutuamente con Slitherine y Matrix Games. Estas dos compañías llevan 20 años creando juegos de estrategia históricos y simuladores de batallas. Para su última creación se han centrado en un período de la historia de lo más emocionante, la época clásica, con Roma a punto de emerger, con Cartago ampliando sus fronteras, los reinos de Antígono, Seleuco y Ptolomeo en el Este, Íberos, Celtíberos, Espartanos... y así hasta 70 facciones distintas que se pueden manejar. Nos referimos a Field of Glory Empires.
Las naciones de los Tercios (IV): Italianos
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- Escrito por Flavius Stilico
Las provincias italianas de la Monarquía hispánica eran no sólo enclaves estratégicos sino también una gran fuente de hombres y recursos.
Aunque se hablara de la “nación italiana”, sus unidades se dividían en función de la provincia de reclutamiento: napolitanos, lombardos (milaneses) y sicilianos. La norma era que no se mezclaran las diversas naciones italianas, en especial las dos principales: napolitanos y lombardos. Aun así, esto no siempre se cumplía. A finales de 1635, en el Milanesado, se disolvieron varios disminuidos tercios napolitanos y su gente fue repartida entre dos tercios lombardos. Hacia al final del periodo fue todavía más difícil conseguir la separación en algunos ejércitos como el de Flandes; lo que queda reflejado en la conformación en 1682 del Tercio “Vecchio” de infantería italiana de Flandes, producto de la fusión de un tercio lombardo levado en 1597 y un tercio napolitano levado en 1658 (originalmente para servicio en España y trasladado a Flandes en 1668).
El poblado Nápoles destacó por sus contribuciones en el siglo XVII. A modo de ejemplo, entre 1635-1640 se enviaron 50.000 napolitanos a los frentes de Flandes, Alemania, España y Lombardía.
A pesar de la revuelta de Nápoles de 1647 y la gran pestilencia de 1656 -que supuso un duro golpe para el reino-, los reclutamientos no se detuvieron aunque se vieran sin duda afectados. Las tropas napolitanas tendrían a su vez un papel relevante en la Guerra de Mesina (1674-1678).
A partir de 1635, el norte de Italia se convirtió en un escenario frecuente de combates, sufriendo el Milanesado varias invasiones. La estratégica región se pudo conservar gracias a una gran implicación de las propias unidades lombardas tanto de leva como de milicias, a pesar de los efectos devastadores de la pestilencia de 1630. Los milaneses se distinguieron en San Martino di Bozzolo (1647), Cremona (1648) y Pavía (1655).
Aunque no pudieran contribuir grandes cantidades para otros frentes, los milaneses siguieron haciendo aportaciones para Flandes, así como para sofocar la rebelión en Sicilia e incluso para combatir en la propia España. Juan José de Austria afirmaría en 1653 que el tercio lombardo del conde de Arese (formado por veteranos) era una de sus mejores unidades en el ejército de Cataluña.
A diferencia de napolitanos y lombardos, los sicilianos siempre fueron reacios a servir en los ejércitos del rey. Sus contribuciones en el siglo XVI han sido calificadas de “risibles”. Avanzaron el siglo XVII se redoblaron los esfuerzos para conseguir tropas sicilianas, a pesar de que se reconocía su poca inclinación por el servicio militar. En 1629 se consiguió levar a duras penas un tercio para servir en el Milanesado, y en 1631 llegaría otro tercio siciliano a Flandes, aunque no llegó a durar un año antes de tener que ser reformado (disuelto). En 1638, el virrey de Sicilia escribía a la Corte que “las levas de aquel reino son dificultosísimas, de mucho gasto y poco fruto”. Un ingenuo intento en 1643 de reclutar cuatro tercios para servir en Cataluña se saldó con dos teóricos tercios con 1.800 hombres entre los dos, que rápidamente declinaron tanto en hombres como en oficiales de origen siciliano, hasta el punto de que para 1646 ya no existía ninguno.


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Presentación
El Gran Capitán Historia Militar es una comunidad de amigos con un interés común, la Historia Militar de todas la épocas. No tenemos afinidad a ninguna ideologia presente ni pasada y no queremos rendir culto a ninguna. El entorno que queremos crear es de entendimiento, respeto mutuo y democracia. Todo esto no es contradictorio con el análisis objetivo de lo que cada cual piense y exprese que fue la Historia. Buscamos un marco de diálogo sobre temas que puedan ser o no polémicos
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